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Puede que no esperes que digamos esto, pero...

El trabajo en equipo no siempre es la solución.

Ya está, lo hemos dicho.

¿Trabajas con personas escépticas respecto al trabajo en equipo? Quizá hayan tenido experiencias negativas en el pasado. Conflictos mal gestionados. Miembros del equipo que les dejaron hacer todo el trabajo y luego se llevaron el mérito.

Esas experiencias pueden ser difíciles de olvidar, sobre todo si hay pocas pruebas de que las cosas vayan a ser diferentes esta vez.

Puede hacer que la gente piense que estaría mejor trabajando sola.

En esa situación, en lugar de tratar de animar a alguien, es importante reconocer que el trabajo en equipo no siempre es la respuesta correcta. Que a veces puede complicar demasiado las cosas, ralentizar el progreso u ocultar la responsabilidad. Que puede ser complicado y difícil.

Jon R. Katzenbach, autor de «The Wisdom of Teams» (La sabiduría de los equipos), identificó tres preguntas clave que hay que plantearse para determinar si se necesita un equipo para abordar una tarea concreta, o si sería más adecuado un grupo de individuos que dependan de un líder.

  • ¿Puede el equipo identificar un resultado tangible que el equipo -utilizando todas sus habilidades- pueda conseguir, que no podrían conseguir los miembros del grupo trabajando solos?
  • ¿Es necesario cambiar el papel de liderazgo? Los verdaderos equipos son capaces de potenciar su capacidad de liderazgo cambiando de líder en función de la tarea que tengan entre manos. Los individuos que trabajan para un «jefe» son una disposición más estática.
  • ¿Qué es más importante para lograr el objetivo: la responsabilidad individual o la mutua? El esfuerzo individual significa que el éxito en la tarea recae sobre los hombros de una sola persona. En un verdadero equipo, en cambio, todos hacen responsables a todos los demás.
  • Nosotros añadiríamos una más: ¿Qué comportamientos son necesarios para alcanzar el objetivo?

Según la teoría de Belbin, en las distintas tareas se requieren distintos roles del equipo (grupos de comportamientos útiles). Cada persona tiene quizá dos o tres Roles del equipo que puede desempeñar cómodamente, y unos cuantos roles manejables, habilidades latentes que pueden cultivarse. Explorar los requisitos del rol del equipo para un trabajo concreto puede ayudar a determinar si puede realizarse en solitario. Si se requiere una amplia gama de comportamientos, se necesita un equipo o una pareja.

Hacer que funcione el trabajo en equipo

Si se necesita un equipo, los que tengan dudas sobre el trabajo en equipo necesitarán un poco de entrenamiento adicional para disipar sus preocupaciones. Comprender la ética de la metodología Belbin puede ayudar.

A diferencia de muchos tests de personalidad que se basan en la autoevaluación, Belbin utiliza pruebas del propio equipo (Evaluaciones de Observadores) para hacerse una idea realista de cómo funciona el equipo.

Luego te corresponde a ti asegurarte de que el equipo comprende y actúa en función de las conclusiones.

Reconocer los roles del equipo presentes en el equipo no es una licencia para pasarse la pelota. Al contrario, garantiza que el trabajo pueda delegarse en función de los puntos fuertes, de modo que todos sean responsables de su contribución a los objetivos del equipo. Si hay que delegar trabajo entre los miembros del equipo para mejorar el rendimiento de éste, debe gestionarse de forma justa, estudiando qué más puede hacer el delegante en su lugar.

Si cada miembro del equipo trabaja según sus puntos fuertes, los equipos están, en conjunto, seis veces más comprometidos.

En los equipos de proyecto, la teoría Belbin puede utilizarse para decidir quién debe asistir a qué reuniones, de modo que no se obstaculice el progreso, por ejemplo, haciendo que una persona centrada en los detalles esté presente en la fase de ideas.

Y con el lenguaje de Belbin en su arsenal, el equipo podrá despersonalizar los conflictos y comunicarse de forma constructiva cuando las cosas vayan mal, enmarcando los problemas y las soluciones en el lenguaje de los Roles del Equipo.

Si el escéptico de tu equipo puede ver cómo las pruebas de Belbin pueden mejorar su experiencia de trabajo en equipo, puede que se sienta más inclinado a intentarlo.

Próximos pasos

¿Trabajas con un equipo escéptico o con un equipo que simplemente no funciona? ¿Te sientes seguro a la hora de evaluar si el trabajo requiere esfuerzos individuales o en equipo? Sea cual sea el reto al que te enfrentas, nos encantaría conocer tu opinión y explorar cómo podría ayudarte Belbin.