Pero el 69% de los directivos se sienten incómodos comunicándose con los miembros del equipo, y la situación es igual de mala en el caso contrario. Además, el 80% de nuestro tiempo en el trabajo lo pasamos comunicándonos en reuniones, por teléfono y por correo electrónico.
En los últimos años, la comunicación en línea nos ha planteado nuevos retos. A veces, la falta de comunicación obstaculiza el progreso o da lugar a malentendidos.
Dependiendo del tipo de comunicación, los comentarios pueden sacarse de contexto, o podemos malinterpretar el tono o el lenguaje corporal.
Entonces, si sabemos que la comunicación es importante, ¿cómo analizamos, diagnosticamos y mejoramos nuestra forma de interactuar con los demás?
¿Y cómo conseguir que los miembros del equipo compartan este aprendizaje y lo utilicen para alcanzar un objetivo común?
El primer paso hacia una comunicación más eficaz dentro de un equipo es comprender los distintos estilos que utilizan las personas en el entorno laboral.
Hay una serie de ideas y marcos que podemos superponer a la comunicación: todo tipo de esquemas de colores y acrónimos basados en técnicas y tipos de personalidad.
Pero, ¿cómo pasamos de la teoría a la evidencia? ¿Dónde encontramos esas ideas?
En los años setenta, el Dr. Meredith Belbin y su equipo de investigación pasaron una década estudiando a personas que interactuaban en un juego de equipo simulado (más información aquí) y utilizaron un método llamado «Análisis Bales» para esquematizar y registrar la comunicación del grupo cada treinta segundos durante el ejercicio.
Los resultados fueron el «big data» original. Los investigadores descubrieron nueve grupos de comportamientos (o «roles de equipo») eficaces para facilitar el progreso del equipo.
Cada Rol de Equipo tiene sus propias características, un conjunto de puntos fuertes y débiles que impulsan (y a veces dificultan) la comunicación.
En los equipos equilibrados, en los que están representados diferentes roles, el equipo se beneficiará de la diversidad cognitiva o de las diferencias de enfoque.
Sin embargo, esta fuente de fortaleza puede perjudicar al equipo si la comunicación no se entiende y gestiona correctamente.
Es útil comprender el propósito subyacente de los demás al comunicarse.
¿Intentan expresarse o expresar sus ideas? ¿Intentan establecer prioridades, esbozar alternativas o explicar algo?
Por ejemplo:
Con estas distintas prioridades, cada miembro del equipo puede enfocar el mismo problema desde un ángulo diferente.
Los roles de equipo pueden influir no sólo en lo que se dice, sino también en cómo se dice y cómo se recibe la respuesta.
Si dos personas tienen roles de equipo muy diferentes y pocos puntos fuertes en común, pueden llevarse la derrota en las fauces de la victoria, simplemente planteando la cuestión desde dos perspectivas diferentes.
Comprender lo que impulsa la comunicación -y que es distinto para cada persona- desarrolla la confianza y ayuda a construir relaciones.
En resumen, nos da una idea del «por qué» de los demás y nos ayuda a comunicar con eficacia.
Nuestras preferencias en cuanto a los Roles de Equipo Belbin pueden influir en la colaboración en equipo, es decir, en cómo interactuamos con los demás.
Los nueve Roles de Equipo Belbin pueden dividirse en grupos de tres: Roles de acción, de pensamiento y sociales.
Esto nos ayuda a esquematizar más fácilmente los estilos de comunicación.
Impulsor, Implementador y Finalizador El finalizador (a veces irónicamente mal llamado «finalizador completo») se centra en la tarea y los resultados.
En consecuencia, es probable que su interacción se centre en hacer las cosas: qué hay que hacer y cuándo.
Monitor Evaluador, Cerebro y Especialista son las funciones pensantes o cerebrales.
Aunque cada uno aborda la resolución de problemas de forma diferente, comparten el reto de comunicar sus pensamientos e ideas a sus colegas.
Investigador de Recursos, Coordinador y Cohesionador son los roles sociales. De los tres grupos, estos suelen ser los comunicadores más naturales, lo que no quiere decir que no encuentren dificultades.
Para este grupo, en general, las sutilezas suelen estar en saber cuándo hablar y cuándo dejar que los demás contribuyan.
Además de las características del Rol de Equipo (o grupo de roles) en cuestión, está la cuestión del contexto.
Por ejemplo, es probable que los Cohesionadores sean buenos comunicadores individuales e informales en el equipo, pero que les cueste hablar en las reuniones, sobre todo cuando hay mucha tensión.
Los Cerebro son más propensas a ser malas comunicadoras cuando hablan de nuevas ideas y los Especialistas, cuando exponen su área de especialización.
Comprender tu propio estilo de comunicación y el de tus compañeros puede ayudarte a mejorar las interacciones cotidianas.
Puede que ya tengas algunas ideas sobre la forma en que tú y tus compañeros soléis comunicaros: dónde funciona bien y dónde puede dar problemas, y cómo encaja con los roles de equipo de Belbin.
Pero hay complejidades.
Es importante tener en cuenta que nadie es sólo un rol de equipo.
Todos tenemos una serie de Roles de Equipo preferidos, manejables y menos preferidos que caracterizan cómo preferimos trabajar, y la combinación única de éstos da forma a cómo interactuamos con los demás
Un Impulsor-Cohesionador puede ser capaz de encontrar el equilibrio entre ser franco y diplomático, mientras que un Impulsor-Investigador de Recursos puede pecar más de franco.
Aquí es donde entran en juego los Informes Belbin. El Informe Individual Belbin analiza tu combinación de Roles y te facilita consejos y orientaciones detalladas sobre cómo articular tus fortalezas y gestionar mejor las dificultades habituales derivadas de tu estilo de trabajo. Esta información se basa en tus respuestas al test de autopercepción y en las opiniones de tus observadores.
La página "Fortalezas y estilos de trabajo sugeridos" analiza las combinaciones de tus Roles de Equipo más altos y te sugiere palabras y frases para ayudarte a describir cómo sueles trabajar de manera más eficaz.
El Informe de Equipo Belbin agrega los datos de todos los integrantes de un equipo para que puedas hacerte una idea de cómo será la comunicación dentro del equipo y cómo abordar los conflictos y malentendidos que puedan surgir de su diferente percepción de las prioridades. Es una herramienta de inestimable valor para los líderes de equipo o para sesiones de equipo.
Es posible que también tenga que considerar:
A veces pensamos que podemos identificar enseguida los roles de equipo de nuestros colegas y clientes.
En otros casos, es más difícil de averiguar, y las aspiraciones también entran en juego. Además, identificar una diferencia no nos pone necesariamente en el buen camino para mejorar las relaciones laborales.
Próximos pasos
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