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Como directivo, tomas decisiones importantes cada día.

Las investigaciones demuestran que los líderes que identifican (y aprovechan) sus puntos fuertes y aceptan sus puntos débiles son más eficaces.

En lo que respecta a Belbin, no existe un enfoque de gestión único. Por el contrario, es crucial encontrar un estilo de dirección que se ajuste a tus puntos fuertes y que puedas cultivar para dirigir con mayor eficacia.

1. Juega con tus puntos fuertes

Aprender a gestionarte a ti mismo con eficacia (y jugar con tus puntos fuertes) es un requisito previo para gestionar bien a los demás.

2. Averigua cómo te ven los demás

A veces nuestra propia autopercepción puede ser inexacta o estar distorsionada por roles anteriores, ideas equivocadas y aspiraciones. Para fomentar buenas relaciones con los demás, necesitamos comprender los puntos fuertes que ven, así como los defectos. Ésta es la base sólida a partir de la cual desarrollar tu auténtico estilo de liderazgo.

3. No confundas gestionar una empresa con gestionar personas

Algunos directores de empresa con talento pueden tener problemas cuando se trata de gestionar personas. Del mismo modo, algunos excelentes gestores de personas saben poco de gestión de procesos. Si eres fuerte en un área, asegúrate de tener un buen aliado en un campo adyacente. Encontrar y trabajar con personas que demuestren las habilidades de las que careces puede ahorrarte mucha energía desperdiciada.

4. No pintes un barco que se hunde

Las organizaciones con agujeros en sus sistemas operativos están abocadas al naufragio. Concéntrate en crear una estructura de gestión mejorada y deja los detalles para más adelante. Es más fácil dirigir en la dirección correcta un barco en condiciones de navegar que un barco inteligente.

5. Priorizar la buena estrategia sobre la eficacia operativa

Es preferible hacer las cosas bien de forma ineficaz que hacer bien las cosas mal. Las operaciones complejas sólo funcionan eficazmente si se dispone de tiempo suficiente para pensar. Por tanto, la reflexión debe preceder a la acción.

6. Es mejor nombrar con tranquilidad que despedir con prisas o vivir con un nombramiento equivocado

Tener un cuidado meticuloso al hacer los nombramientos rara vez es una pérdida de tiempo. Una decisión precipitada tomada en diez minutos puede acarrear varios años de arrepentimiento.

7. Esfuérzate por encontrar la clavija adecuada para el agujero adecuado

Los que fracasan en un trabajo bien pueden tener éxito en otro, si se hace la designación correcta. La experiencia con el Ejercicio Belbin de Requisitos Laborales confirma el adagio de que hay «caballos para los cursos».

8. Interésate por todos los puestos

Todos los puestos merecen la atención del directivo. La gente aprecia los elogios y aceptará las críticas si se centran en la tarea y no en la persona.

9. No interfieras demasiado

Gestionar es delegar. Dale a alguien autonomía sobre un trabajo, además de responsabilidad por él. La interferencia y la microgestión pueden disminuir el deseo de asumir más responsabilidades.

10. Articula tu estilo de gestión

Una vez hayas establecido tus puntos fuertes y débiles, anuncia a tu equipo lo que crees que puedes aportar y lo que esperas de los demás. Esto ayuda a gestionar las expectativas y puede ayudar a los demás a gestionar su relación contigo.

Para conocer tus puntos fuertes y débiles, ¿por qué no rellenas un cuestionario Belbin y pides a los demás que también lo comenten?

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