En Belbin, capacitamos a los líderes para liderar con autenticidad de acuerdo a sus fortalezas.
La teoría Belbin establece que si entiendes cómo contribuyes en un equipo, puedes desarrollar tus habilidades de liderazgo y fortalezas y gestionar tus puntos débiles.
Directivos y líderes de equipo de todo el mundo aplican Belbin para potenciar sus habilidades de liderazgo.
Se convierten en líderes más eficaces y conscientes, que utilizan esas habilidades con un propósito y en el contexto de su equipo.
Las personas auténticas son líderes conscientes de sí mismos, inspiradores y eficaces.
Generan confianza, defienden a su gente cuando es necesario, motivan a los trabajadores, impulsan el cambio y asumen la responsabilidad de los errores.
Con un líder auténtico, el bienestar y el compromiso de los empleados aumenta, al igual que los beneficios.
Visita nuestro webinar: Finding your Authentic Leadership Style with Belbin Team Roles.
Jo Keeler (CEO de Belbin) conversa con Lindsay Lalla (Belbin Norte América) sobre liderazgo.
Los líderes deben dominar la llamada "triada de la consciencia": el foco interior, el foco en los demás y el foco exterior.
Los dos primeros ayudan a cultivar la inteligencia emocional, mientras que el tercero mejora la capacidad del líder para elaborar estrategias, innovar y dirigir la organización.
La inteligencia emocional comienza con la autoconciencia, es decir, con escuchar nuestra voz interior. Los líderes que perfeccionan esta habilidad son capaces de tomar mejores decisiones y liderar con más autenticidad.
Permite a los líderes relacionarse con los demás, encontrar puntos en común, incluir diferentes puntos de vista y consultar a los demás a la hora de tomar decisiones. Fomenta la "empatía cognitiva", es decir, la capacidad de comprender el punto de vista de otra persona.
Pero para los líderes esto puede ser difícil de conseguir. A medida que ascendemos en el escalafón, los que trabajan para nosotros son menos propensos a darnos el feedback honesto y transparente que necesitamos para desarrollar un liderazgo eficaz. Además, una investigación realizada en Berkeley sugiere que las personas de mayor rango tienden a escuchar menos (y a interrumpir más) a quienes están por debajo de ellos en la estructura de poder.
Como dice Goleman, necesitamos "una forma estructurada de contrastar nuestra opinión sincera sobre nosotros mismos con la de nuestros compañeros de mayor confianza: una comprobación externa sobre nuestra autenticidad"
Con el fin de aprovechar el feedback aportado por otras personas, necesitamos una estrategia de feedback estructurada, equilibrada y basada en pruebas que permita a los líderes cultivar sus habilidades de liderazgo y una mayor inteligencia emocional.
Los Informes Belbin ofrecen precisamente esto. Muchos tests de personalidad (o psicométricos) se basan únicamente en la auto percepción por lo que se limitan a la propia visión del líder, su voz interior.
Belbin incorpora feedback de observadores, procedente de compañeros de trabajo y analiza y compara las dos fuentes de información en profundidad. De esta manera el autoconocimiento de la persona se puede contextualizar a la luz de las características conductuales que otros ven en ella.
Libres de ideas preconcebidas, los líderes pueden trabajar en pos de maximizar sus propias fortalezas y alinear las dos perspectivas en un estilo de liderazgo más auténtico y coherente.
Descubrir cómo te ves a ti mismo y cómo te perciben los demás es el primer paso hacia el autoconocimiento.
Para comprender los puntos fuertes que perciben en ti los demás, debemos pedirles feedback. Necesitamos información tanto sobre nuestra percepción interna como sobre las percepciones externas.
En un entorno incierto, en el que hay mucha inestabilidad, los líderes deben centrarse en su capacidad para comunicarse y conectar con los trabajadores.
"Muchos líderes pueden sobrestimar lo bien que conectan con las personas que lideran. La introspección es dura -y a veces dolorosa- pero todos los líderes necesitan una evaluación honesta de sus propias fortalezas y debilidades." -
IBM Institute for Business Value, 2015
Desarrollarse como líder requiere un esfuerzo sostenido cada día. Tenemos que entender nuestra propia marca personal, estar dispuestos a aprender y ser tácticos para cambiar nuestros comportamientos. Y debemos liderar desde una posición de fuerza.
No existe un enfoque único, ni una bala de plata. No existe un puesto de trabajo, un curso de formación o una política que transforme a alguien en líder. Aunque resulte tentador emular a los líderes que admiramos, a nuestros predecesores o mentores, es un camino que no nos lleva a ninguna parte.
En lo que se refiere a nuestro desarrollo personal, estamos mucho más motivados y somos más eficaces cuando ponemos el foco en el desarrollo de nuestras fortalezas. Se ha demostrado que los directivos que basan su gestión en la potenciación de los puntos fuertes de las personas, aumentan las ventas, los beneficios y el compromiso.
En términos Belbin, esto significa aprovechar tus fortalezas conductuales de la mejor manera posible para alcanzar tus objetivos.
Como dice Max Isaac (Belbin Norteamérica): "No se trata de las cartas que te han tocado. Se trata de cómo juegas tu mano".
El Informe Individual Belbin identifica nuestra forma preferida o natural de trabajar que constituye la base de nuestro estilo de liderazgo en términos de Roles de Equipo.
Pero también contamos con una serie de Roles capaces de asumir: activos ocultos que damos por sentados y que podemos cultivar con un poco de esfuerzo. Son el "Ferrari en el garaje" o, por utilizar otra metáfora, nuestros superpoderes ocultos de liderazgo.
Por ejemplo, alguien con un fuerte comportamiento de Finalizador puede haber destacado promoviendo altos estándares de calidad en una organización que antes era poco rigurosa y propensa a cometer errores.
Sin embargo, otras personas pueden ver y valorar en esa misma persona sus comportamientos asociados al Rol de Monitor Evaluador, es decir, su talento para el pensamiento estratégico y la toma de decisiones prudente. Armados con este conocimiento, los líderes pueden cultivar un plan para gestionar su comportamiento: una estrategia para desplegar esos comportamientos y alinear su autocomprensión con las percepciones de los demás.
El Informe Individual Belbin analiza las contribuciones de una persona en relación a los nueve Roles de Equipo Belbin.
El primer paso para aumentar nuestra autocomprensión y generar prácticas de trabajo más eficaces es identificar nuestros estilos de comportamiento.
Cada persona debe conocer sus puntos fuertes y saber cómo prefiere trabajar. Esto aumenta el compromiso de los empleados, permite a los directivos asignar el trabajo de forma más eficaz y crea relaciones de trabajo mutuamente beneficiosas con los compañeros.
Esta idea está en consonancia con la teoría del liderazgo situacional desarrollada por Ken Blanchard y Paul Hersey en 1969. Según la teoría del liderazgo situacional, no tenemos por qué basarnos en un estilo de liderazgo estático. Más bien, podemos adaptar nuestro estilo de liderazgo para satisfacer las necesidades de una situación o un equipo concretos.
Para hacer esto -y ver el impacto en nuestro estilo de liderazgo- se requiere un compromiso constante con las prácticas basadas en la puesta en valor de los puntos fuertes y voluntad de adaptación.
Belbin ayuda a desarrollar líderes en cualquier área de la organización, ayudándoles a comprender sus fortalezas y a trabajar en su propia "marca" personal.
Una vez que los líderes han comprendido todo el potencial que tiene liberar y alinear las fortalezas, el efecto puede permear en toda la organización y resultar poderoso. Sólo si las prácticas basadas en la puesta en valor de las fortalezas se convierten en una prioridad estratégica fundamental, podrán los líderes instigar un cambio real.
Muchos programas de liderazgo no tienen un impacto real porque no se aplican al regresar a la oficina. La comprensión intelectual o teórica de determinadas habilidades de liderazgo, no equivale a su aplicación práctica.
Charles Handy definió el liderazgo en términos de propósito:
Y las habilidades de liderazgo también se practican y desarrollan en relación con los demás: no puede haber liderazgo sin un equipo al que dirigir.
Nuestro cliente, la empresa farmacéutica Novo Nordisk, quería asegurarse de que su programa de liderazgo se centrara no sólo en el desarrollo personal o la formación de sus directivos, sino en situar el liderazgo en un contexto de equipo.
Caso práctico
Novo Nordisk China quería cambiar el enfoque de los líderes a través de su programa de liderazgo. En lugar de centrarse puramente en las habilidades de liderazgo individuales, la personalidad y las capacidades, querían desarrollar a sus líderes en el contexto del equipo.
"El liderazgo en un entorno de equipo tiene mucho menos que ver con el ordeno y mando y más con sacar el máximo partido de un grupo de personas diverso y experimentado" - EY, 2013
Meredith Belbin describe la diferencia entre el líder único y el líder de equipo en su libro Roles de Equipo en el trabajo.
El liderazgo distribuido o rotatorio va un paso más allá, sugiriendo que la persona mejor preparada para dirigir es la que está mejor emplazada para hacerlo, en lugar de alguien con un cargo o un nivel jerárquico concreto.
Las desventajas del liderazgo de "ordeno y mando" o del liderazgo único son bien conocidas y están documentadas, pero muchos ejecutivos se muestran recelosos respecto al liderazgo distribuido.
Puede que comprendan la importancia de empoderar a los equipos en la toma de decisiones, pero temen que conlleve desorganización y caos.
Para que el liderazgo distribuido se perciba como una opción viable y segura, deben sentarse unas bases sólidas.
Entre las que se incluyen la selección y el desarrollo intencionado del equipo en el que se va a ejercer este tipo de liderazgo, el conocimiento de los puntos fuertes de cada uno de sus integrantes y el cultivo de la confianza, la responsabilidad y la seguridad psicológica.
Si no se presta la debida atención a estos factores, el traspaso de responsabilidades podría dar resultados impredecibles.
Una herramienta basada en fortalezas encaja de forma natural con el liderazgo distribuido, ya que da a los equipos -y a los ejecutivos- la confianza necesaria para emprender proyectos y crear equipos a propósito, con los talentos necesarios para liderar el proyecto en cada etapa de su ciclo de vida.
Cualquier persona puede ejercer el liderazgo, independientemente de sus fortalezas en términos de Roles de Equipo. Si conocen sus puntos fuertes y saben aprovecharlos, es probable que sean líderes eficaces.
Artículo
"Vivimos en un mundo cada vez más incierto, caracterizado por cambios repentinos y amenazadores. Una sola persona ya no puede abarcarlo todo, ni proporcionar la dirección que requiere cada situación particular". Dr. Meredith Belbin
Para que el liderazgo distribuido funcione puede ser necesario un cambio más radical en el funcionamiento de la organización, es decir, un enfoque más democrático.
Deborah Ancona escribió en la revista Harvard Business Review sobre la importancia de equilibrar el poder y el control, de modo que puedan aprovecharse nuevas oportunidades sin que un actor solitario exponga al conjunto de la organización a riesgos indebidos.
En las start-ups innovadoras, se espera que los líderes emprendedores:
Además del líder único y del líder de equipo, existen otros tipos y teorías que pueden ayudarnos a entender el liderazgo. A continuación citamos algunos más.
El liderazgo transaccional (a veces denominado liderazgo directivo) postula que la responsabilidad del líder de un equipo consiste en gestionar el rendimiento de los miembros del equipo en un entorno estructurado para alcanzar los objetivos del grupo.
Este estilo autoritario de liderazgo utiliza recompensas y castigos para motivar a los seguidores a realizar tareas específicas.
El enfoque del liderazgo transformacional se centra en el cambio creativo, positivo y duradero, convirtiendo a los seguidores en líderes.
Si el liderazgo transaccional consiste en "decir", el liderazgo transformacional consiste en "vender", ya que se basa en motivar e inspirar a los demás.
En el liderazgo de servicio, el objetivo del líder es servir a los demás, en lugar de alcanzar o ejercer el poder.
La teoría es que el cambio de mentalidad hacia el servicio aumenta la implicación y el compromiso de los empleados y, por tanto, conduce al crecimiento.
¿Estás pensando en utilizar Belbin con tus líderes? ¿Cuáles son los siguientes pasos?
Somos un equipo pequeño y amable, dispuesto a escuchar tus necesidades y a asesorarte sobre cómo aplicar Belbin. Conversemos.
Quizá sepas por dónde deseas empezar y es convirtiéndote en una persona experta en Belbin.
Obtener la Acreditación Belbin te proporciona los conocimientos y la experiencia práctica necesarios para empezar a utilizar los informes Belbin y ayudar a los líderes de tu organización.